¿Cómo tratar un hematoma por desgarro isquiotibial?
La anatomía y el mecanismo de un hematoma por desgarro isquiotibial
Para entender un desgarro isquiotibial es conveniente saber que la parte más carnosa de los músculos isquiotibiales está formada por miles de células musculares que forman grupos, los cuales se unen por medio de una fina capa de fascia (la sustancia blanca tendinosa que encontramos en la carne). Un solo músculo contiene un gran número de dichas agrupaciones. Además, el músculo en sí también está cubierto por una capa de fascia. Los vasos sanguíneos penetran en la capa fascial y se dividen hasta que son lo suficientemente pequeños como para suministrar oxígeno y nutrientes a cada célula.
¿Por qué algunos desgarros isquiotibiales derivan en hematomas y otros no?
Un hematoma no es más que una acumulación de sangre vieja debajo de la piel. Se forma siempre que dañamos un vaso sanguíneo, pero solo lo vemos si la sangre llega a las capas externas de la piel, lo cual tarda un par de días en suceder. Para que un hematoma desaparezca, el cuerpo tiene que absorber la sangre muerta y eliminarla a través del sistema linfático.
Cuando se produce un desgarro isquiotibial, se rompen algunas células musculares y, normalmente, también algunos vasos sanguíneos. El hecho de que veamos un hematoma o no dependerá de los siguientes factores:
Razones de los hematomas
El tamaño de los vasos sanguíneos
Si los vasos sanguíneos dañados son muy pequeños, el sangrado será poco abundante y cesará rápido. Por lo tanto, es muy probable que no veas el hematoma. No obstante, si se rompe un vaso sanguíneo más grande, sangrarás más y se producirá un hematoma más grande.
La fascia invisible
A veces puede ocurrir que se rompa un vaso sanguíneo importante y que todo el sangrado se quede en la fascia que rodea dicho músculo. En ese caso, es posible que la sangre no se desplace hacia la piel y permanezca en un nivel más profundo hasta que se absorba. Esa es la razón por la que no ves un hematoma a pesar de tener un desgarro muy doloroso en la zona isquiotibial.
Lo que hagas justo después de haberte lesionado también es importante
La cantidad de sangrado también varía dependiendo de lo que hagas las primeras 24 horas posteriores a la lesión. Si dejaste de hacer deporte inmediatamente y seguiste el método PRICE, el sangrado seguramente ha cesado y tendrás un hematoma más pequeño. Sin embargo, si continuaste con tu actividad, probablemente tendrás un hematoma más grande. Algunas sustancias, como el alcohol y la aspirina, también pueden diluir la sangre y provocar que el sangrado aumente.
¿Por qué se pueden producir hematomas en la parte inferior de la pierna?
¿Te preguntas por qué el hematoma isquiotibial te ha salido tan abajo? O ¿quizá lo tienes cerca de la rodilla o incluso en la pantorrilla? Esto es bastante común y se debe sencillamente a la fuerza de la gravedad, que ha hecho que la sangre vieja se desplace hacia la planta del pie. Así pues, cuando tenemos un desgarro en la zona isquiotibial, el hematoma suele aparecer más abajo en la pierna.
¿Cómo eliminar un hematoma por desgarro isquiotibial?
La mayoría de hematomas isquiotibiales desaparecen al cabo de 14 días sin que tengas que hacer nada en especial. Mientras eso ocurre, el hematoma normalmente toma un color entre morado oscuro y verde, para terminar con un tono amarillo. La absorción del hematoma no hará que la lesión se cure más rápido, así que no debes preocuparte demasiado por ello.
Los estudios actuales no revelan ninguna solución que sea significativamente efectiva. Hay indicios de que, si se aplica una solución con un 20 % de árnica, se pueden obtener resultados beneficiosos, mientras que las soluciones con un 10 % de este ingrediente o menos no parecen funcionar.
Los vendajes neuromusculares suelen ayudar a eliminar más rápidamente los hematomas isquiotibiales. Estos vendajes (también conocidos como kinesiotaping) supuestamente mejoran el drenaje linfático, lo que, a su vez, favorece la forma en la que tu cuerpo elimina los residuos (como la sangre muerta). No conocemos ningún estudio que lo demuestre específicamente, pero existen pruebas bastante convincentes en la vida real que indican que vale la pena intentarlo. Si buscas en Google «vendaje neuromuscular hematomas» en español, verás muchas imágenes como esta.
Algunas personas también utilizan terapia de contraste para tratar un hematoma por desgarro, en la que se alterna la aplicación de calor y frío en la zona con el fin de aumentar el flujo sanguíneo y eliminar la sangre muerta más rápido. De nuevo, no existe ningún estudio que respalde ni desmienta la eficacia de este método. Sin embargo, es muy importante NO utilizar la terapia de contraste durante las primeras 72 horas posteriores al desgarro, ya que podemos provocar que aumente el sangrado y el hematoma incluso antes de que la lesión haya tenido tiempo de estabilizarse.